CARACTERÍSTICAS DE LA PLANTA

El aloe vera es una planta suculenta que pertenece a la familia de las liliáceas (cebollas, lirios, espárragos). Las plantas suculentas como el aloe vera se encuentran en climas con pocas precipitaciones en terrenos semidesérticos. El aloe es conocida y usada desde tiempos remotos (ha sido usada y mencionada en manuscritos egipcios y chinos) en todas partes del mundo aunque es originaria del continente africano. Su nombre significa “sustancia brillante y amarga”. También es conocida como áloe vera, sábila o zábila entre otros nombres. Las hojas se agrupan alrededor del tallo; crecen desde el interior hacia afuera en forma de roseta y su longitud es entre 40 y 70 cm en una planta adulta con un tamaño aproximado de unos 80 cm de alto. Esta planta es xerófila, o sea, se adapta a vivir en áreas de poca disponibilidad de agua y se caracteriza por poseer tejidos para el almacenamiento de agua.
Sus raíces son superficiales, lo que les facilita absorber más humedad del ambiente.

Sus flores tienen forma tubular y están dispuesta en forma de racimos al final de un tallo largo. Si las condiciones son óptimas para la planta, tiene un período de floración anual. En lugares de clima frío es posible que no florezcan ya que no es su “hábitat ideal”. Las plantas de aloe vera que cultivamos en nuestra plantación en Almeria empiezan a florecer a partir del segundo año y lo hacen 2 veces al año: en otoño y en primavera. Se considera que la planta empieza a estar madura a partir de los 3 años de edad. A partir de este momento puedes empezar a utilizar sus hojas empezando a cortar desde la parte exterior de la planta y la hoja que esté más cerca del suelo, que será la más madura que tenga la planta. (En climas fríos tardará algo más de tiempo en madurar debido a las condiciones).

Sus hojas son carnosas y están provistas de estomas que abren para absorber la humedad del rocío y cierran en los momentos del día en el que las temperaturas son altas y el calor del sol es fuerte para evitar la evaporación del agua.

La capacidad de cicatrización de la planta se observa cuando se rompe un trozo de una hoja: en un primer momento, se aprecia la jugosidad del gel de aloe vera contenido en el interior de la hoja, pero rápidamente parece que se ha secado porque la planta sella esa zona para no perder agua.
De las aproximadamente 350 variedades de aloe vera, el aloe Barbadensis Miller es el más utilizado en cosmética y en zumos por sus propiedades.

Sus flores son de color amarillo y tienen un delicioso néctar que atrae a las abejas. El aloe vera no se reproduce por polinización sino a través de hijuelos que van saliendo en el suelo alrededor de la planta madre.

El aloe vera no tiene depredadores que se coman sus hojas ya que el sabor amargo de la savia que contienen y las espinas de sus bordes son sus sistemas de defensa.

Después de haber leído todo esto imaginarás que al aloe vera no le sienta bien ni el exceso de agua (la pudriría), ni las heladas (congelaría el agua contenida en sus hojas), por lo que se cultiva mejor en climas cálidos, aunque siempre puedes plantar aloe vera en maceta o en una zona protegida de la humedad y las heladas si te encuentras en zonas con temperaturas bajas o donde llueva mucho.

CÓMO PLANTAR ALOE VERA:

La planta necesita un suelo con drenaje. Si la vas a plantar en una maceta, en su base puedes ponerle un poco de arena de río o añadir algunas piedras para que no retenga el agua. De esta forma cuando la riegues, la planta beberá el agua que necesite y expulsará la que le sobra. Es importante que tengas en cuenta quitar el agua que ha expulsado que queda contenida en el plato sobre el que has colocado la maceta (en caso de que lo tenga). Lo ideal es plantarla en maceta de barro. Asegúrate de que tenga un agujero en el fondo para que pueda expulsar el sobrante de agua.

CUIDADOS:

El aloe vera es una planta de climas desérticos y aguanta muy bien el sol y el calor, pero ten en cuenta que si las plantas están a pleno sol en climas calurosos, el color de la hoja tornará a marrón en las estaciones más calurosas y tornarán verdes en los meses de temperaturas más agradables. Si las plantas en maceta puedes ir cambiándola de sitio según haga más o menos frío o más o menos calor y entre sol y sombra teniendo en cuenta todo lo anterior.     
                         
RIEGO:

El aloe vera es una planta que no necesita mucha agua, no es conveniente regarla con demasiada frecuencia y le viene bien dejar que la tierra esté seca entre riegos. Lo ideal es regarla 2 veces por semana en verano y una vez por semana en invierno. En caso de que la tierra esté húmeda, debes dejar unos días más antes de volver a regarla para que no se pudra por exceso de agua.

Otras cosas a tener en cuenta al plantar tu aloe vera en una maceta:

- Los primeros días estará preciosa y luego verás que pierde su esplendor. No te preocupes,  forma parte de su proceso de adaptación ya que necesita echar nuevas raíces y durante este breve espacio de tiempo, pone toda su energía en enraizar. Una vez lo haya hecho, volverá a ponerse verde y preciosa.  

- El tamaño de la maceta debe ser proporcional al tamaño de la planta y tendrás que cambiarla según vaya creciendo la planta. El secreto está en dejarle un poco de espacio para que desarrolle pero no pongas una maceta muy grande porque entonces desarrollará mucha raíz y poca hoja.

- Si dejas las macetas a la sombra, las hojas se abren para captar más cantidad de luz, y si las pones al sol tienden a cerrarse en torno a su centro para protegerse de la excesiva iluminación.

- De las pocas plagas que pueden afectar a la planta de aloe vera, están la cochinilla y el pulgón, que aparecen si la planta tiene exceso de humedad o falta de sol directo. El remedio más efectivo para su tratamiento es la Piretrina (permitida en agricultura ecológica).